Los Mocárabes ó las Muquarnas en árabe ó habitualmente conocido como la decoración de estalactitas es un elemento clave en la decoración de la Alhambra y la encontramos en techos, en arcos, en capiteles, etc pero siempre como un elemento no estructural.
El profeta Mohamed recibió las revelaciones, que después darían como fruto el Corán en la cueva de Hira, es por ello que la decoración que emula dichas estalactitas comienza a usarse ya desde el S. XI y su origen se sitúa en Irán, Irak, Egipto y Norte de África y se extiende rápidamente gracias a las caravanas y a las peregrinaciones. Pero el lugar donde se desarrolla hasta llegar a alcanzar su máxima complejidad es en la Alhambra de Granada.
Respecto a los materiales que se utilizan, en la realización de mocárabes son fundamentalmente 3::el yeso, la madera y la cerámica. Concretamente en la Alhambra de Granada los mejores ejemplos los encontramos en el uso del yeso, por ejemplo en el techo que cubre la Sala de las dos Hermanas que está compuesta por un total de 5.416 piezas. Al contemplar este magnifico obra de arte nos damos cuenta de que dichos mocárabes nos sirven no solo para cubrir y decorar techos sino como una ingeniosa solución que permite el paso de esquinas a cúpulas ó de la base cuadrada a la forma estrellada de la cúpula.
Con respecto a la técnica, el mocárabe se compone de 4 piezas geométricas básicas ó prismas yuxtapuestos. A dichas piezas, los artesanos nazaríes, en un intento de escapar de la monotonía visual, daban cortes cóncavos en la parte inferior de los prismas para crear una mayor riqueza en la composición dando lugar a las “adarajas”, palabra que significa escalón.
Como en cualquier otra construcción de arte islámico en la Alhambra de Granada encontramos una línea indisoluble que conecta con los principios básicos del Islam, “nada es permanente y lo único eterno es Alá”. Esta idea implica el uso mayoritario de materiales frágiles como yeso.
En la Alhambra de Granada los techos de mocárabes podían ser una representación del cielo ó paraiso. La infinidad de piezas de los mocárabes se unen en perfecta armonía, sin que el elemento individual prevalezca sobre el conjunto, igual que ocurre en el universo. Esta idea, junto al amor por la simetría, dan como resultado techos que parecen estar en movimiento constante, de nuevo, igual que en el universo. Si a esto unimos el reflejo de los cristales de colores de las ventanas que rodeaban el techo y el movimiento de dicho reflejo a medida que el sol gira alrededor de la cúpula nos da una imagen de un techo etéreo, que parece flotar sobre nuestras cabezas y en continua transformación.
No dudes en venir a visitar la Alhambra en los próximos meses y aprovecha un periodo en el que la bajada de turistas te permitirá disfruta con más calma de todo su esplendor. Te esperamos en www.granadaculturaltours.com
De nuevo quiero agradecer a mi compañera Esther Mollá que nos permita seguir disfrutando de sus magnificas fotos en nuestros post.